Los exvotos







LOS EXVOTOS O RETABLITOS,
EXPRESION POPULAR MEXICANA








El exvoto o retablito es la constancia agradecida por el milagro, se ilustra la escena de lo ocurrido y esta es con tal realismo que el texto, en el que se redondea la explicación y se patenta con el nombre del favorecido, puede pasar a ser secundario. Los exvotos son una forma de expresión que ha prevalecido en México a lo largo de casi cinco siglos ofrecidos típicamente en las iglesias.
Generalmente consta de una pintura realizada, principalmente, por el favorecido o familiares y en ella se relata lo acontecido en aquel momento milagroso, en algunos casos y sobretodo la gente mas adinerada mandaba a hacer estas imágenes.
En su expresión plástica tiene la ingenuidad nata de lo profundamente popular; carece de proporciones y con frecuencia representa al favorecido, a la virgen o al santo a quien se le agradece, ya que lo importante es magnificar la noticia del bien recibido. El texto es un complemento explicativo de la escena, pero con frecuencia es de tal chispa que llega a ser risible y le da un valor chusco a toda una explicación de los hechos como: "Doy infinitas gracias al señor o a la virgen por habernos librado a mi hija y a mí de la epidemia de partos que hubo en la revolución" o "Doy gracias al Santo Señor porque estando con fulano entró mi marido y no lo vio", y en la imagen aparece un sujeto asomándose debajo de una cama y el marido entrando a la habitación. A veces el motivo del exvoto es tan simple como el de dar gracias por la salud de una gallina ponedora, o el alivio de una vaca en parto.

ACOMPAÑADOS DE TESTIMONIOS


En su origen se pintaron estos retablos en láminas de cobre, como también se les llama, pero con la presencia de la fotografía el exvoto como manifestación artística ha disminuido notablemente. Eran realizados por la gente de pueblo, por los mas necesitados que pedían la ayuda y al ser concedida, se agradece con el retablito. A esta expresión, podemos añadirle otros llamados popularmente "milagros", que son pinturas con representaciones del corazón o miembros humanos y que en su manufactura van desde lámina de aluminio o zinc, hasta plata y oro. Estas figuritas que vemos con frecuencia en las imágenes penden generosas de las advocaciones o muros de los santuarios famosos. No es raro encontrar con los exvotos, muletas y aparatos ortopédicos como testimonio de la cura.



Estas pinturas de exvotos han ido decreciendo paulatinamente debido a la adaptación de otras formas de agradecimiento, por medio de fotografías por ejemplo, o listones que las mismas iglesias ofrecen, o tal vez, la persona adquiere la imagen hecha de barro, cera, madera o yeso para entonces colocarla en la iglesia y así agradecer el favor e incluso, cruces de diferente materiales.
Ahora vemos infinidad de fotografías, mechones de cabello, listones de diferentes colores (según el favor que se haya recibido, ya sea de salud, económico, etc.), que penden solemnes en las iglesias e incluso se han hecho espacios reservados en pizarrones para que ahí depositen los fieles su agradecimiento o petición.



UN ACERVO DE FE


Las colecciones de los santuarios carecían de inventario y registro fotográfico, sólo dos lugares tenían un control completo de estas ofrendas empezando por la Basílica de Guadalupe a donde acuden más de 1,714 peregrinaciones anuales dejando sus ofrendas en el altar mayor y a los costados de la misma en la basílica nueva. Los mejores van a dar al museo el cual cuenta con más de 1,300 en su acervo, en este museo todos los exvotos pintados están registrados, fotografiados y colocados temáticamente. Es el único lugar en México que tiene ese control sobre todos sus exvotos.
Le sigue en importancia el Santuario de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, en el estado de Jalisco; este lugar se caracteriza por su fuerte producción votiva como se puede ver a un costado de la sacristía, en el salón donde son entregadas las ofrendas.
Hay santuarios que muestran otras características y que tienen también una importante colección de exvotos, como es el santuario del Santo Niño de Atocha, localizado en el poblado de Fresnillo, Zacatecas. Los hay también en otros famosos santuarios: el de la Virgen del Rosario en Talpa, Jalisco, el de la Virgen de los Dolores de Soriano en Colón, Querétaro, o el santuario a la virgen de Juquila en Oaxaca, por mencionar algunos.

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Por Edi Ríos. Derechos Reservados, México 2007